¿Hacia dónde nos llevará la automatización?
Bombillas que se encienden cuando entramos en la habitación, termostatos que se ajustan automáticamente cuando estamos fuera de casa, neveras que te envían un email cuando algo está a punto de caducar, coches que conducen solos… Tal vez no lo sepas, pero todos estos avances tecnológicos forman parte de lo que llamamos en Internet de las Cosas. Algunos no sirven para absolutamente nada, sin embargo, hay muchas posibilidades en el hecho de que una cosa u objeto tenga cierta autonomía. ¿Te imaginas cómo podría ser el sector de la logística si se adaptaran estos avances a la cadena de suministro? Te traigo un avance del futuro del Internet de las Cosas en el sector logístico.
Hace poco encontré un informe de MPI, “ Una inmersión más profunda en el Internet de las Cosas Industrial”, en el que se detallan muchos datos interesantes sobre cómo afectará esta tecnología en el supply chain management. Uno de los datos llamaba especialmente la atención: en 2014 el 46% de los ejecutivos de fabricación no sabían lo que era el Internet de las cosas, ni cómo podía afectar a la cadena de suministro. Creo que va siendo hora de adentrarnos un poco más en el IoT (siglas en inglés) dentro de este sector y entender cómo podremos interactuar con él en las distintas profesiones; más allá de sus usos para la vida cotidiana.
Un breve repaso al concepto del IoT
Para aquellos que aún formen parte del porcentaje de profesionales que no conocen el internet de las Cosas, ni saben en qué consiste, os lo resumiré brevemente. El IoT consiste en la característica de dotar a objetos corrientes la capacidad de conectarse a Internet para ser capaces de automatizar tareas o recibir órdenes a distancia a través de dispositivos que se puedan conectar también a Internet.
El IoT en la logística
El año pasado, la Universidad de Deloitte, publicó un artículo muy interesante sobre este tema. Habían identificado un buen número de ejemplos en los que objetos inteligentes y dotados de sensores podían cambiar de forma significativa la gestión de la cadena de suministro.
- Fabricación monitorizada
Se hablaba de dispositivos que controlen la temperatura ambiental, la humedad, la presión del aire, etc. y que sean capaces de, o bien impedir operaciones, o cambiar de ruta si las condiciones ambientales están fuera de los parámetros especificados. Un ejemplo práctico de esto lo podríamos ver aplicado a la fabricación de la pintura; un elemento que requiere un ambiente no demasiado húmedo para no estropearse. Con estos sensores y dispositivos se podría controlar automáticamente la fabricación y transporte de materiales como este. Otro ejemplo son los productos aeroespaciales; hechos en fábricas sin aire acondicionado o sin control de temperatura, pero testados y medidos en un laboratorio de control de calidad que sí tiene aire. Para completar y mejorar los procesos de forma óptima, estas tecnologías pueden sernos de utilidad.
- Inventario monitorizado
A pesar de todos los esfuerzos que los fabricantes depositan en la gestión del inventario, todavía siguen habiendo momentos en los que se dan cuenta que faltan X unidades de un producto cuando creían que tenían suficientes. Pero, ¿qué pasaría si el inventario te contase cuánto hay y cuánto falta? Como la nevera que avisa de los productos caducados, un inventario basado en el Internet de las Cosas, podría avisarte si se está terminando algún producto, o si tienes más stock del necesario de otro. Este sistema se lograría con un dispositivo RFID en cada artículo que responde a sensores situados en la fábrica o almacén y que da información a tiempo real sobre lo que hay en el inventario.
- Monitorización del envío
¿Y qué os parecería traspasar las fronteras del almacén? Una de las cosas que los clientes más aprecian al comprar online es poder realizar un tracking del pedido en curso. De esta manera saben dónde está su paquete y sienten más control sobre la situación. Hasta ahora este seguimiento se ha podido realizar gracias a un escáner que se hace del código de barras en cada etapa del viaje. Pero con un modelo del Internet de las Cosas, la información del seguimiento puede ser mucho más completa y óptima mediante sensores en el contenedor. Además, se pueden calcular variables como la temperatura, la humedad, la presión atmosférica o incluso los niveles de luz. De esta manera, la logística puede monitorear envíos sensibles para asegurar que el producto no se haya dañado durante el transporte antes de que llegue.
- Realizar pedidos automáticamente
Esta es una de las aplicaciones del Internet de las Cosas a la cadena de suministro más interesantes. Volviendo al ejemplo de la nevera… nos habíamos quedado en los avisos que se pueden recibir en un almacén o fábrica sobre la falta de stock o productos. Pero, ¿y si, además de eso, el dispositivo hiciera automáticamente una nueva orden de pedido de ese producto o material? En base a unas pautas, podríamos automatizar los pedidos para que, antes de darnos cuenta, ya tuviéramos lo que está a punto de terminarse de camino. Por ejemplo; si un taller de ensamblaje instala un widget en la bandeja en la que coloca X pieza, cuando el peso de la bandeja caiga por debajo de una cifra, sabá que hay que generar una orden de reabastecimiento.
Las posibilidades que se abren con el mundo del IoT son muchas; desde dispositivos conectados, a etiquetas y sensores que podrían eliminar riesgos o problemas en la cadena de suministro. El único límite es nuestra imaginación y las limitaciones que se establezcan por seguridad; es decir, igual que con cualquier cosa que fluye por internet, los datos corren el riesgo de ser robados, o los dispositivos de ser controlados por terceros.
A cerca del autor
Sonia Mañé Vernia – Periodista especializada en medios digitales y actual Editora de Contenidos en IEBS Business School. Me apasiona la comunicación en todas sus formas y soy muy cuidadosa con la forma en que se presenta algo; palabras, imagen y diseño han de ir de la mano para mí.
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